Alfonso Manuel Robles

Alfonso Manuel Robles, esposo amoroso, padre devoto, abuelo querido y estimado miembro de la comunidad de Nogales, nació el 28 de abril de 1955 en Nogales, Arizona, y falleció el 17 de julio de 2025 en Phoenix, Arizona. Enriqueció la vida de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo, dejando un legado marcado por el amor, la alegría y la incansable dedicación a la superación personal.

Como emprendedor orgulloso, Alfonso construyó una exitosa carrera desde cero, desempeñando diversas funciones como agente inmobiliario, contador, consultor de inmigración, notario público y preparador de documentos legales. Su inquebrantable compromiso con la honestidad, la atención y el servicio comunitario lo convirtieron en una figura de confianza para muchos, guiándolos a través de procesos complejos con compasión e integridad. El trabajo de Alfonso no fue simplemente una profesión, sino un medio para impactar positivamente la vida de quienes lo rodeaban.

Al obtener un título universitario mientras compaginaba las responsabilidades de esposo y trabajador a tiempo completo, se convirtió en el primero de su familia en alcanzar este hito. Su trayectoria educativa fue testimonio de su arduo trabajo y perseverancia, inspirando a las generaciones futuras a soñar con valentía y a esforzarse por alcanzar su propio éxito.

Alfonso sirvió en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos del 26 de junio de 1973 al 25 de junio de 1979. Fue dado de baja honorablemente con el rango de Cabo, sirviendo como Jefe de Oficinas en MCAS Yuma, Arizona, donde demostró no solo lealtad a su país, sino también una increíble ética de trabajo. Fue condecorado con la Medalla de Buena Conducta, reflejo de su carácter y compromiso durante todo su servicio.

Su profunda personalidad dejó una huella imborrable en todos los que lo conocieron. Conocido por su vibrante sentido del humor, su intenso amor por su familia y su firme presencia, Alfonso enseñó a quienes lo rodeaban a vivir con valentía y amar profundamente. Apreciaba su tiempo en el rancho y encontraba alegría en las reuniones, siempre llenando de sonrisas y risas cualquier ocasión.

Alfonso era un hombre de acción, comprometido con ayudar a los necesitados. Durante los últimos siete años, se propuso patrocinar una escuela local en Cibuta, México, cada Navidad, brindando regalos y alegría a los niños de la comunidad. Su discreta generosidad y profunda compasión formarán parte del legado que deja.

Le sobreviven su amada esposa, Patricia Robles, y sus hijos, Alfonso Robles y Ángel Robles; sus hijas, Laura Patricia Robles y Johanna Robles; así como cuatro hermanos y tres hermanas. Su familia disfruta de una rica herencia familiar, formada por sus numerosos nietos, quienes lo llaman abuelo: Ruby, Israel, Isaac, Alfonso, Jicel, Julianna, Héctor, Troy, Isabella, Ángel, Angelita y Chrystal. También disfrutaba de la compañía de sus bisnietos: Mateo, Milani, Ximena, Luna, Aidan, Adam, Agustín, Gabriel, Leilani, Elaina y Ariela, quienes transmiten la calidez de su espíritu.

Le precedieron en la muerte sus padres, Alfonso y Josefina Robles, y sus abuelos paternos, Francisco y Rita Robles.

Alfonso Manuel Robles será recordado por su inquebrantable amor y compromiso con la familia, su generoso corazón y la alegría que compartía. Aunque ya no está en este mundo, su espíritu seguirá brillando en las vidas que tocó y en el legado que creó, recordándonos a todos que debemos vivir con alegría, amor y un corazón abierto.

Algunos miembros de su familia quisieran compartir algunos de sus recuerdos favoritos. De su hijo, Ángel: “Es difícil elegir solo un recuerdo con papá. Le encantaban las excursiones de caza y campamento que hacía conmigo de niño. Me enseñó que la vida no se trata solo de trabajo, sino también de trabajar duro. Era un hombre fuerte y a veces difícil, pero sé que tuvo una vida difícil de niño y sé que nos amó con todo su corazón. Cuando pienso en el pasado, me doy cuenta de que tuve una buena vida. Nos dio todo lo que necesitábamos y nos enseñó a ser fuertes para sobrevivir en este mundo difícil. Siempre quise que estuviera orgulloso de mí y que supiera que podía lograr cualquier cosa que me propusiera, porque así era él. También me enseñó a reír y a pasarlo bien; a veces parece que me burlo mucho de la gente, pero también les hacía saber que haría cualquier cosa por ayudarlos, porque eso era lo que hacía mi papá. Si eras su familia o un amigo y tenías un problema, él hacía todo lo posible por ayudarte. Me gusta pensar que vivo mi vida de la misma manera. Solo tienes una vida, y tienes Vivir a tu manera, y papá definitivamente lo vivió”. Así lo hizo. No dejó que nadie le dijera qué hacer. Hizo lo que quiso hasta el final.

De su hija Johanna: “¿Cómo se pueden resumir 44 años de recuerdos con una sola persona en un solo momento? No me imagino eligiendo solo a una. Voy a extrañar sus llamadas semanales, su apodo para mí y el amor que tenía por todos sus hijos y nietos. Era cariñoso, juguetón, comprensivo: todo lo que siempre quise como ejemplo para mis hijos. Me impulsó porque sabía que podía ser todo lo que soñaba y más. Fue mi mayor apoyo, mi mejor mentor y, a veces, mi crítico más duro. Atribuyo mi éxito en la vida, como madre y profesionalmente, a tener a alguien como él en mi vida, que me enseñó a trabajar duro, divertirme y amar intensamente”.

De su hijo Alfonso: “La graduación del campamento de entrenamiento es un momento que siempre llevaré conmigo. Ver el rostro de mi papá iluminarse entre la multitud fue inolvidable. Ese abrazo que compartimos lo decía todo. Lo hice y lo hice sentir orgulloso.

De su hija Laura: “Uno de mis recuerdos favoritos con mi papá no es solo un momento, sino una colección de hitos importantes en los que siempre estuvo presente. Desde mis graduaciones de la universidad hasta acompañarme al altar y compartir un baile padre-hija. Su constante amor y apoyo siempre me acompañarán”.

De su nieta Angelita: “Uno de mis recuerdos favoritos con Tata fue cuando éramos pequeños y jugaba con nosotros en la oficina, corriendo detrás de nosotros y haciéndonos reír”.

De su nieta Isabella: “Mi recuerdo favorito con Tata es cuando usaba su andadera con asiento para llevarnos de paseo. Nos reímos muchísimo y nos sentimos como en una montaña rusa”.

De su nieto Angelito: “Recuerdo cuando nos llevó a caminar por el puente sobre la carretera. Ojalá pudiera haberlo vuelto a hacer”.

De su nieto Troy: “Tata era una de esas personas que era el centro de toda la familia. Todos conocíamos y queríamos a Tata. Y cuando se va, cuando lo dejamos ir, se lleva una parte de todos nosotros. Pero hasta el día en que también nos vayamos, o lo volvamos a ver, según lo que creas, llevaremos una parte de él con nosotros. Los recuerdos y la conexión que teníamos con él siguen vivos, aunque ya no esté.

De su nieta Ruby: “Mi Tata es mi mejor amigo, y perderlo siempre fue mi mayor miedo. Desde pequeña, a veces lloraba porque nunca quise que muriera. Ahora mi miedo se ha hecho realidad y estoy tratando de sobrellevarlo. Tengo muchos recuerdos con él, pero mi favorito es cómo siempre me apoyó, así como a mis hijas, en cada paso de mi vida. Nuestros viajes a México fueron los mejores: conocí cada pueblo y a cada persona que conoció. Me enseñó su forma de ayudar a los demás y todo lo que hizo por su familia y amigos. Su éxito fue importante para él, y siempre recordaré lo que me enseñó y usaré sus enseñanzas para alcanzar el éxito, tal como él hubiera deseado para cada uno de nosotros. Te quiero, Tata, gracias por todo. Hasta que nos volvamos a encontrar. Sé que nos cuidarás desde el cielo. Tu India.

De todos los nietos y bisnietos: Muchos nietos lo recuerdan con cariño jugando con ellos, riendo, llevándolos a Peter Piper Pizza y corriendo al aire libre. También recuerdan los paseos por el puente de la autopista de la 7.ª Avenida, una pequeña aventura que se convirtió en un tesoro en su memoria. Trajo alegría a cada generación e hizo que cada niño se sintiera profundamente querido y especial.

De su esposa, Patricia: “Crecimos en el mismo barrio. Fuiste mi primer amor. Yo tenía 14 años y tú 15… Construimos una vida juntos. Nunca dejaste de trabajar y estudiar para dar lo mejor a nuestra familia. Gracias por eso. Luchaste con todas tus fuerzas, y llevaré esos momentos y tu amor conmigo para siempre. No te digo adiós, solo un hasta luego”. Me reconforta saber que ya no sufres. Nos veremos pronto.

El velatorio se llevará a cabo el 24 de julio de 2025, de 10:00 a. m. a 1:30 p. m., en la Funeraria Martínez de Nogales, con el rezo del Rosario a las 12:00 p. m. La misa se celebrará en la Iglesia Católica del Sagrado Corazón de Nogales a las 2:00 p. m., y el entierro se realizará en el Cementerio Municipal de Nogales.

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Alfonso Manuel Robles, a loving husband, devoted father, cherished grandfather, and esteemed member of the Nogales community, was born on April 28, 1955, in Nogales, Arizona, and left this world on July 17, 2025, in Phoenix, Arizona. He enriched the lives of those who had the privilege to know him, leaving behind a legacy defined by love, laughter, and relentless dedication to uplift others.

As a proud entrepreneur, Alfonso built a successful career from the ground up, wearing many hats as a realtor, accountant, immigration consultant, notary public, and legal document preparer. His unwavering commitment to honesty, care, and community service made him a trusted figure for many, guiding them through complex processes with compassion and integrity. Alfonso's work was not merely a profession, but a means to make a positive impact on the lives of those around him.

Earning a college degree while balancing the responsibilities of husband and full-time worker, he became the first in his family to achieve this milestone. His educational journey was a testament to his hard work and perseverance, inspiring future generations to dream boldly and strive for their own success.

Alfonso served in the United States Marine Corps from June 26, 1973, to June 25, 1979. He was honorably discharged at the rank of Corporal, serving as a Chief Clerk at MCAS Yuma, AZ, where he demonstrated not only loyalty to his country but also an incredible work ethic. He was awarded the Good Conduct Medal, a reflection of his character and commitment throughout his service.

His profound personality left an indelible mark on everyone he met. Known for his vibrant sense of humor, fierce love for his family, and steadfast presence, Alfonso taught those around him how to live boldly and love deeply. He cherished his time at the ranch and found joy in gatherings, always bringing smiles and laughter to any occasion.

Alfonso was a man of action, committed to uplifting those in need. For the past seven years, he made it a personal mission to sponsor a local school in Cibuta, Mexico, every Christmas, providing gifts and joy to children in the community. His quiet generosity and deep compassion will forever be a part of the legacy he leaves behind.

He is survived by his beloved wife, Patricia Robles, and his sons, Alfonso Robles and Angel Robles; daughters, Laura Patricia Robles and Johanna Robles; as well as four brothers and three sisters. His family enjoys a rich tapestry woven from the numerous grandchildren who call him grandpa Ruby, Israel, Isaac, Alfonso, Jicel, Julianna, Hector, Troy, Isabella, Angel, Angelita, and Chrystal. He also delighted in the company of his great-grandchildren: Mateo, Milani, Ximena, Luna, Aidan, Adam, Agustin, Gabriel, Leilani, Elaina, and Ariela, who all carry forward the warmth of his spirit.

He was preceded in death by his parents, Alfonso and Josefina Robles and his paternal grandparents, Francisco and Rita Robles.

Alfonso Manuel Robles will be remembered for his unwavering love and commitment to family, his generous heart, and the laughter he shared. Though he has departed from this earthly realm, his spirit will continue to shine through the lives he touched and the legacy he created, reminding us all to live with joy, love, and an open heart.

Some of his family members would like to share some of their favorite memories.

From his son, Angel: “It’s hard to choose just one memory with Dad. He loved the hunting and camping trips he took with me as a kid. He taught me that life isn’t all about work, but also how to work hard. He was a strong and sometimes difficult man, but I know he had a hard life growing up, and I know he loved us with all his heart. When I think back, I realize I had a good life. He gave us everything we needed and taught us how to be strong to survive in this tough world. I always wanted him to be proud of me and know I could accomplish anything I set my mind to, because that’s who he was. He also taught me how to laugh and have a good time—sometimes it seems like I make fun of people a lot, but I also let people know I would do anything to help them, because that’s what my dad did. If you were his family or a friend and you had a problem, he would do everything in his power to help you. I like to think I live my life the same way. You only get one life, and you have to live it your way—and Dad definitely lived it.” That's how he did it. He didn't let anyone tell him what to do. He did what he wanted until the very end.”

From his daughter Johanna: “How can you summarize 44 years of memories with one person in a single moment? I can't imagine choosing just one. I'm going to miss his weekly calls, his nickname for me, and the love he had for all his children and grandchildren. He was loving, playful, supportive—everything I always wanted as an example for my children. He pushed me because he knew I could be everything I dreamed of and more. He was my biggest supporter, my best mentor, and, at times, my harshest critic. I attribute my success in life—as a mother and professionally—to having someone like him in my life, who showed me how to work hard, have fun, and love intensely.”

From his son Alfonso: “Boot camp graduation is a moment I will always carry with me. Seeing my dad's face light up in the crowd was unforgettable. That hug we shared spoke volumes. I did it—and I made him proud.”

From his daughter Laura: “One of my favorite memories with my dad is not just a single moment, but a collection of important milestones where he was always present. From my college graduations

to walking me down the aisle and sharing a father-daughter dance. His constant love and support will always be with me.”

From his granddaughter Angelita: “One of my favorite memories with Tata was when we were little and he would play with us in the office, running after us and making us laugh.”

From his granddaughter Isabella: “My favorite memory with Tata is when he used his walker with a seat to take us for rides. We laughed so much and felt like we were on a roller coaster.”

From his grandson Angelito: “I remember when he took us for a walk on the bridge over the highway. I wish I could have done it again.”

From his grandson Troy: “Tata was one of those people who was at the center of the entire family. Everyone knew and loved Tata. And when he goes—when we let him go—he takes a part of all of us with him. But until the day we too leave—or see him again, depending on what you believe—we will carry a part of him with us. The memories and the connection we had with him live on, even though he's gone.”

From his granddaughter Ruby: “My Tata is my best friend, and losing him was always my biggest fear. Since I was a little girl, I sometimes cried because I never wanted him to die. Now my fear has become a reality, and I'm trying to cope with it. I have many memories with him, but my favorite is how he always supported me, as well as my daughters, every step of the way in my life. Our trips to Mexico were the best—getting to know every town and every person he met. He taught me his way of helping others and everything he did for his family and friends. His success was important to him, and I will always remember what he taught me and use his teachings to succeed, just as he would have wanted for each of us. I love you, Tata, thank you for everything. Until we meet again. I know you will watch over us from heaven. Your India.”

From all the grandchildren and great-grandchildren: Many grandchildren fondly remember him playing with them, laughing, taking them to Peter Piper Pizza, and running around outside. They also remember the walks over the 7th Avenue freeway bridge—a small adventure that became a treasure in their memory. It brought joy to every generation and made each child feel deeply loved and special.

From his wife, Patricia: “We grew up in the same neighborhood. You were my first love. I was 14 and you were 15… We built a life together. You never stopped working and studying to give the best for our family. Thank you for that. You fought with all your might, and I will carry those moments and your love with me forever. I don't say goodbye—just see you later. It comforts me to know that you are no longer suffering. We will see each other again when God calls me and saves me a place by your side. Until then, watch over us and protect us. With love

Visitation will be held on July 24, 2025, from 10:00 AM to 1:30 PM at Martinez Funeral Chapels - Nogales, with a Rosary recited at 12:00 PM. A Mass will take place at Sacred Heart Catholic Church, Nogales, at 2:00 PM, and interment will follow at Nogales City Cemetery.